sábado, 31 de mayo de 2014

CRISTOBAL BALENCIAGA "MODISTO DE MOSDISTOS"

 













Nació en Getaria en 1895, su madre Martina Eizaguirre era costurera de las mejores familias de la zona y enseguida le transmitió la pasión por la costura. La marquesa de Casa Torre, viendo lo entusiasmado que estaba el niño le planteó un reto, le entregó un trozo de tela junto a uno de sus más exclusivos vestidos para que lo copiara y demostrara su talento. El resultado le gustó tanto que se convirtió en su mecenas y le introdujo en un mundo de refinamiento propio de las elites culturales europeas.
Pronto se traslada a San Sebastián, en 1907, y empieza de aprendiz de sastre en algunos de los mejores establecimientos del momento, como Casa Gómez y New England. En 1911 comienza a trabajar en los Grandes Almacenes Au Louvre de San Sebastián, y en dos años es nombrado jefe de taller de confecciones para señora. Este trabajo le proporciona la oportunidad de conocer París y las grandes casas de costura de la capital internacional de la moda. En 1914 se traslada a Burdeos donde trabaja en una conocida casa de modas propiedad de unos amigos.










Tres años más tarde abre su primera casa de costura en San Sebastián y se asocia con dos comerciantes donostiarras hasta el año 24, cuando se independiza y la reina María Cristina y la infanta Isabel Alfonsa se hacen clientas suyas, siguiéndoles otras damas de la familia real y la Corte.

















Años después abrió otras tiendas en Madrid y Barcelona. Su primera tienda en Madrid estaba ubicada donde hoy en día está el Hotel de las Letras.
Con el estallido de la Guerra Civil abandona el país y se establece en París. Como es lógico cesa la actividad normal de sus tres casas de San Sebastián, Madrid y Barcelona hasta después de la guerra.
Su nombre evoca diseños de alta calidad, identificables por su carácter escultural, una hábil manipulación de los tejidos y el espectacular uso del color.

Vestido de noche en satén de colores negro y marfil, 1939. Perteneció a doña Rita María Fernández-Rivera y Gómez.
Déshabillé en gros de Nápoles de color fucsia, 1955. Perteneció a Mrs. Mona Bismarck.

 

El 1937 presenta su primera colección en París.
Le gustaban los tejidos de peso enriquecidos. Popularizó un estilo de hombros caídos, cintura pinzada y caderas redondas (anticipa el New Look de Christian Dior). Recrea el vestido túnica y lanza la línea "saco". Para los abrigos crea la línea imperio y el corte kimono. Y en vestidos de noche triunfa entre las damas el vestido globo, colas de pavo real y "baby-doll".
Sus grandes aportaciones son los lunares de gran tamaño en binomio blanco y negro, los drapeados, los trajes sin cuello, las estructuras y los volúmenes, la lana, los estampados florales de gran tamaño.






Y su inspiración española la vemos en los claveles, los rizos de las faldas y los vólumenes. Las capas y sobre capas inspiradas en las sotanas de los sacerdotes.








El mismo año que diseña los uniformes de las azafatas de Air France, 1968, presenta su última colección en primavera y anuncia su retiro, así como el cierre de todas sus casas de París, Madrid, Barcelona y San Sebastián. Balenciaga deja la alta costura tras cincuenta años de plena dedicación a su oficio.





A primeros de los 70 tras el cierre definitivo su nombre y firma fueron rescatados por el conglomerado de marcas de lujo presidido por Francois-Henri Pinault PPR, quien se quedó con la propiedad desvinculándose por completo de los herederos.
Hoy en día la dirección creativa de la firma es de Alexander Wang, que sustituye a Nicolás Ghesquière en el cargo.







En 1972 hace el que fue su último diseño, el vestido de novia de María del Carmen Martínez-Bordiú, nieta de Franco y futura duquesa de Cádiz. El modisto fallece en Jávea (Alicante) ese mismo año, el 24 de marzo, y es enterrado en el pequeño cementerio de su Getaria natal.












Si os apetece saber más sobre este gran diseñador español, tan importante y con tantas aportaciones al mundo de la moda, os recomendamos este libro: "Balenciaga" de Lesley Ellis Miller; Editorial Gustavo Gil.

"Un modisto debe ser arquitecto para los planos,
escultor para las formas, pintor para el color,
músico para la armonía y
filósofo en el sentido de la proporción."

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