La primera es un clásico entre los clásicos. Se presenta en multitud de formas y todas tenemos una (quizá alguna más) prenda de la siguiente selección.
Los prints, estampados de toda la vida, en verano cobran una mayor importancia. Muchos de ellos se mantienen desde la temporada fría, otros resurgen de entre los muertos y, por qué no,también se reinventan.
Las flores nos acompañan durante todo el año. Lo que varían son los colores que se utilizan en las estampaciones e incluso algunas de sus formas. Ahora nos tocan hojas tropicales, llenas de vida o grandes flores que ocupen la prenda entera.
Aunque no estemos en el sur, son nuestra tabla de salvación. Los lunares hace mucho dejaron de llevarse sólo para las batas de cola y se han implantado con fuerza en el street style.
Atemporales son los estampados de pitón, de serpiente, de leopardo... Los hemos tenido en colores más fuertes y en los clásicos tierra. Para el calor inundan principalmente los complementos.
Imposible no vestirlo en verano. Rayas horizontales, verticales desde la temporada pasada, finas, anchas... El navy es el estampado más veraniego que existe y las combinaciones son peligrosas y llamativas: rayas+lunares, ¿por qué no?
Y por último, la gran apuesta de este año. Ya no sólo en estampados, también los accesorios tienen un toque étnico, tribal. Mezcla de colores, de texturas, con aplicaciones o sin ellas. Esta temporada debes hacerte con al menos, una de ellas.
Las tendencias están a nuestro alrededor para adaptarlas a nuestra vida diaria,
¿te quedas con alguna?
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